Alfred Nobel

Alfred Nobel biografía inventor de la dinamita dibujo animado

Alfred Nobel fue un químico, ingeniero, inventor y empresario sueco que alcanzó el éxito y la fortuna con el descubrimiento de la dinamita, y que ha pasado a la historia por la creación de los Premios Nobel.

Alfred Nobel fue uno de los personajes más relevantes del siglo XIX, y ha pasado a la historia por instaurar los premios a la ciencia y la cultura más prestigiosos del mundo. Alfred Nobel inventó la dinamita y fue uno de los mayores empresarios del mundo en su época, lo que le permitió atesorar una gran fortuna. Entre sus inventos encontramos el detonador, la dinamita y otros derivados de la glicerina, que fueron de gran utilidad en aplicaciones civiles como la construcción del canal de Panamá. Sin embargo, fue por su uso bélico y militar por lo que destacaron la dinamita y los otros tipos de explosivos que Alfred inventó.

A pesar de revolucionar con sus inventos las técnicas de armamento, Alfred Nobel se opuso durante toda su vida a la guerra. El hombre que llegó a controlar la nitroglicerina, y al que se le llegó a calificar como el mercader de la muerte, quiso que su legado fuese mejor valorado por la humanidad. Por eso decidió emplear su fortuna para instaurar unos premios que reconociesen las aportaciones en ciencia y cultura más importantes para la humanidad.

Pero Nobel no creó estos premios en vida, sino que los instauró a través de su testamento. En su testamento Nobel instituye con su fortuna un fondo con el que premiar a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y de Paz. Posteriormente fue creado el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, que no es propiamente un Nobel, sino en memoria de Alfred Nobel.

Conocimientos de Alfred Nobel

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Química
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Infancia de Alfred Nobel

Alfred Bernhard Nobel nació el 21 de octubre de 1833 en Estocolmo (Suecia) en el seno de una familia de ingenieros, que en ese momento se encontraba en quiebra. Su padre Immanuel Nobel fue un importante ingeniero, arquitecto, inventor y empresario industrial de la época. De los ocho hijos que tuvo la familia Nobel, únicamente Robert, Ludvig, Alfred y Emil Oskar llegaron a la edad adulta.

Alfred Nobel era descendiente, por parte de padre, del científico sueco Olaus Rudbeck (1630-1702). Desde niño Alfred se interesó por la ingeniería, particularmente por los explosivos. El interés de Alfred Nobel por la tecnología lo heredó de su padre, el cual le enseñó a una edad temprana los conocimientos y principios básicos.

Cuando Alfred tenía nueve años de edad (1842), la prosperidad de los negocios de su padre hizo que la familia se trasladase a Rusia. Allí él y sus hermanos recibieron una gran educación por parte de profesores privados, entre ellos Nikolay Zinin. Alfred mostró un gran interés en las ciencias naturales y la literatura, y llegó a hablar con fluidez cinco idiomas: sueco, francés, ruso, inglés y alemán.

Los negocios de Immanuel Nobel en Rusia con la venta de armamento al ejército ruso, trajeron una gran prosperidad a la familia. Entre sus creaciones más importantes se encontraba una versión mejorada de una mina explosiva submarina que fue de gran interés para el propio zar Nicolás I de Rusia. Gracias a estas minas submarinas y el refuerzo de la flota, Rusia consiguió evitar el acercamiento de la marina real británica durante la guerra de Crimea a la capital rusa de aquel momento, San Petersburgo.

Habilidades de Galileo Galilei

Negocios
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Juventud de Alfred Nobel

Alfred viajó por el mundo para completar sus estudios, y en 1850 fue ayudante  del químico francés Théophile-Jules Pelouze en París. Allí también conoció a Ascanio Sobrero, un químico italiano que ocupó el mismo puesto años atrás y que descubrió la nitroglicerina en 1847. La nitroglicerina es un compuesto orgánico, que se obtiene al mezclar la glicerina con  ácido nítrico concentrado y ácido sulfúrico. Este compuesto es altamente explosivo e inestable. Si se eleva la temperatura o presión de este compuesto, se produce una reacción muy violenta debido a la agitación intermolecular.

En 1851, con 18 años, Alfred viajó a Estados Unidos para estudiar allí durante un año. En este viaje Afred llegó a trabajar con el inventor John Ericsson, quien diseñó el buque de guerra acorazado USS Monitor que se utilizó en la guerra civil americana. Tras sus viajes, Alfred regresó a San Petersburgo en 1853, e inició sus estudios sobre la nitroglicerina. Este explosivo era mucho más potente que la pólvora negra, y además la glicerina era una materia prima mucho más barata que se obtenía de la producción del jabón. Pero Alfred no consiguió controlar esta nueva sustancia.

Con la muerte del zar Nicolás I de Rusia en 1855 y el final de la guerra de Crimea con la firma del Tratado de París en 1856, el nuevo zar Alejandro II ordenó un recorte severo en el gasto militar que finalmente situó a la compañía de Immanuel en serias dificultades económicas. En 1859 Immanuel Nobel dejó en manos de su hijo Ludvig los negocios de la familia en Rusia, y regresó a Suecia junto a Alfred.

Invención de la dinamita

Tras su regreso a Suecia en 1859 con 26 años, Alfred Nobel se dedicó al estudio de los explosivos, especialmente al estudio del uso y  fabricación de un modo seguro de la nitroglicerina. Años atrás, Sobrero se había negado a utilizar la nitroglicerina al ser incapaz de controlar las explosiones de la nueva sustancia. En una explosión involuntaria, la cara de Sobrero quedó llena de cicatrices por los cristales de un tubo de ensayo que contenía el llamado “aceite explosivo”. Tras este accidente, Sobrero cesó en su interés por averiguar el uso práctico de la nueva sustancia explosiva.

La nitroglicerina es un líquido oleoso a temperatura ambiente que reacciona violentamente ante cambios de presión o temperatura, lo que lo convierte en un compuesto muy peligroso de manipular. Pero Nobel trabajó durante años para encontrar un modo en el que se pudiese utilizar la nitroglicerina de forma segura con fines comerciales. En aquel momento el principal explosivo era la pólvora negra, una sustancia descubierta en China en el año 1000 después de Cristo, y la nitroglicerina era un explosivo mucho más potente que podía revolucionar el mercado.

En 1863 Alfred Nobel inventó el detonador, un dispositivo que permitió controlar la detonación de la nitroglicerina y provocar una explosión de forma segura. El 3 de Septiembre de 1864, un accidente en la fábrica familiar de explosivos se cobró la vida de cinco personas, entre ellos su hermano pequeño Emil. Esta tragedia hizo que Alfred se preocupara aún más por la seguridad del uso de la nitroglicerina, y en 1865 perfeccionó el sistema de su detonador inventando el detonador de mercurio. 

Tras estos éxitos, Alfred Nobel inventó la dinamita en 1867 al conseguir absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso, la diatomita. El resultado es un explosivo plástico con la potencia explosiva de la nitroglicerina y una mayor estabilidad, lo que redujo los riesgos de accidentes. Dinamita es el nombre con el que Alfred comercializó este compuesto explosivo de gran utilidad. Alfred consiguió amasar una gran fortuna gracias a este invento, vendiendo la dinamita y sus derivados con fines civiles y también militares. Aunque la dinamita permitió la construcción de carreteras, túneles, canales, canteras y otras obras civiles; la dinamita siempre estaría asociada a la muerte por su uso en los campos de batalla.

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El negocio millonario de la dinamita

El empleo de la dinamita en la explotación de los campos petroleros de Bakú (Azerbaiyán) le hizo ganar una gran fortuna a su inventor. Por lo que Alfred trató de mejorar su invención para que se pudiese utilizar en más construcciones y diferentes situaciones.

La dinamita de Nobel no podía mojarse, ya que al penetrar el agua en el material poroso la nitroglicerina se disolvía y perdía sus propiedades explosivas. Por tanto, Alfred trabajó para conseguir esquivar este problema y lo consiguió al absorber la nitroglicerina con nitrocelulosa. De este modo, en 1875 Alfred inventó la gelignita o gelatina explosiva, un explosivo insoluble en agua. Este explosivo gelatinoso, además de ser capaz de explosionar bajo el agua, era mucho más potente que la dinamita por su mayor concentración de nitroglicerina y más estable y seguro. Este compuesto gelatinizado de nitroglicerina se comercializó con el nombre de dinamita extra, pero es lo que actualmente conocemos como dinamita.

Tras sus éxitos, Nobel cobró crédito como investigador y empresario en todo el mundo. Para proteger sus inventos con patentes, viajó con muestras de explosivos en su equipaje por medio mundo. A lo largo de su vida acumuló 355 patentes en 20 países del mundo y 80 fábricas que producían su explosivo con grandes beneficios.

A pesar de los grandes avances de Nobel, aún había algo que mejorar. Las detonaciones de los explosivos de Nobel siempre iban acompañadas de una gran nube de humo. Una cantidad de humo que podía nublar un campo de batalla durante mucho tiempo. Por esto, Nobel introdujo algunos cambios en la gelatina explosiva con fines militares para crear la pólvora sin humo o balistita en 1887. La balistita tiene la propiedad de arder lentamente, necesaria para poder disparar un proyectil sin que se produjera un fuerte impulso en el fusil. Esta nueva sustancia posibilitó la construcción de ametralladoras.

Aunque Alfred Nobel nunca mostró su desacuerdo por el uso militar de sus productos, en privado condenó la guerra. Fue criticado por ser un empresario que amasó una fortuna a costa de la muerte de miles de soldados. Pero en su intimidad, se escribía cartas con la escritora pacifista Bertha von Suttner, autora de la obra antibélica “¡Abajo las armas!”. Nobel deliberaba con ella sobre la política de paz y la idea de una confederación internacional semejante al concepto de las Naciones Unidas.

21 de octubre de 1833
Nacimiento de Alfred Nobel
Alfred Nobel nació en Estocolmo. El acierto de su padre en los negocios le permitió una gran educación y viajar por el mundo para formarse.
21 de octubre de 1833
6 de mayo de 1867
Invención de la Dinamita
Alfred Nobel patenta su invento más importante, la dinamita. Este invento le llevó a revolucionar el mundo de los explosivos.
6 de mayo de 1867
27 de noviembre de 1895
Testamento de Alfred Nobel
Alfred Nobel firma su testamento, en el que ordena la instauración de los Premios Nobel con su fortuna.
27 de noviembre de 1895
10 de Diciembre de 1896
Muerte de Alfred Nobel
Muere en San Remo (Italia) por una hemorragia cerebral a los 63 años de edad.
10 de Diciembre de 1896

Muerte y testamento de Alfred Nobel

En 1891 Alfred Nobel se trasladó de París (Francia) a San Remo (Italia) tras ser acusado de espionaje y alta traición contra Francia por haber vendido balistita a Italia. En San Remo vivió sus últimos años, hasta que el 10 de Diciembre de 1896 murió a causa de una hemorragia cerebral a los 63 años. Alfred Nobel fue enterrado en Estocolmo, en el cementerio Norra begravningsplatsen donde se puede visitar su tumba.

Años atrás, en 1888, su hermano Ludvig murió y muchos periódicos confundieron su muerte con la de Alfred. En concreto un periódico francés publicó un obituario dirigido a la muerte de Alfred Nobel titulado “El mercader de la muerte ha muerto”. Se cuenta que Alfred, tras enterarse de esta noticia, pensó en su legado. A pesar de que la dinamita fue un invento de gran utilidad en aplicaciones civiles, Alfred Nobel se replanteó cómo quería que la historia le recordase.

No quiso pasar a la posteridad como el rey de la dinamita, sino como impulsor de la ciencia, la cultura y la paz. Por lo que el 27 de noviembre de 1895 Alfred firmó su testamento en el Club Sueco-Noruego de París, en el cual dispuso su deseo de que se emplease su fortuna en beneficio de la humanidad. Determinó en su testamento que toda su herencia se destinase a una fundación que emplease el dinero para galardonar cada año a científicos destacables por los resultados de sus investigaciones. A estos se sumaron también los premios a la literatura y el compromiso por la paz, las dos pasiones secretas de Nobel. Para ello, su última voluntad fue instituir con su herencia un fondo de inversión, y que con los intereses obtenidos se premiase a los galardonados sin tener en cuenta su nacionalidad.

Alfred Nobel nunca tuvo hijos, ni contrajo matrimonio, pero sus familiares intentaron impugnar el testamento. El litigio se alargó, y hasta el año 1901 no se pudo celebrar la primera entrega de los Premios Nobel. Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33 000 000 de coronas suecas, de las que legó a su familia apenas una pequeña cantidad. El resto fue destinado a los Premios Nobel de Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y de la Paz.